La pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve que el desarrollo debe tener en cuenta los riesgos para ser sostenible. El shock de salud pública inicial y los efectos socioeconómicos en cascada desencadenados por la pandemia están socavando y revirtiendo los logros de desarrollo anteriores. A medida que las conmociones, los desastres y las crisis se vuelven más frecuentes, intensos e interconectados, una comprensión profunda del panorama de riesgos de un país es un elemento indispensable de los esfuerzos de desarrollo sostenible.
En el contexto de los INFF, tales evaluaciones de riesgos tienen como objetivo brindar una perspectiva informada sobre el riesgo para la toma de decisiones sobre políticas de financiamiento, con miras a ayudar a los responsables de la formulación de políticas a comprender, gestionar y abordar mejor los riesgos para la capacidad de un país de financiar de manera sostenible y, en última instancia, lograr, objetivos de desarrollo nacional.FN El 'sistema en riesgo' está compuesto por las instituciones, mecanismos y actores que movilizan, asignan, gastan o invierten recursos financieros. Se ven afectados por una variedad de impactos que hacen que los riesgos se materialicen: impactos económicos y no económicos, como impactos fiscales y financieros, riesgos climáticos, ambientales, biológicos y tecnológicos (incluidos los cibernéticos) (p. ej., COVID-19 y la recesión mundial que provoca). peligros desencadenados o de aparición lenta, como sequías o aumento del nivel del marFN Los riesgos también pueden emanar desde dentro del 'sistema en riesgo', por ejemplo, riesgos políticos e institucionales, o de riesgos específicos instrumentos de financiación o opciones políticas.
El COVID-19, el colapso de los ecosistemas y la crisis climática también demuestran la creciente complejidad del panorama de riesgos, con impactos interconectados, efectos en cascada y la naturaleza sistémica de los riesgos. La acumulación de riesgos dentro de los sistemas ambientales, sociales, políticos y económicos amenaza la capacidad de los países para financiar el desarrollo sostenible y, en última instancia, para lograr los ODS. Estos riesgos sistémicos deben formar parte de la evaluación de riesgos del INFF.
Cuando estos riesgos se materializan, pueden desestabilizar parte o la totalidad del 'sistema en riesgo' y tener un impacto desproporcionado en las personas vulnerables, aumentando las desigualdades. Para ser sostenibles, las estrategias de financiación deben estar basadas en el riesgo: ser capaces de financiar la reducción del riesgo existente, garantizar que las inversiones futuras no creen un nuevo riesgo y proporcionar instrumentos para cubrir el riesgo residual restante y generar resiliencia. La pandemia de COVID-19 puede haber aumentado el apetito de los gobiernos por desarrollar tales estrategias y puede ayudar a revertir la tendencia de inversión insuficiente en prevención y preparación.
Este módulo presenta enfoques y herramientas para evaluar los principales riesgos para el financiamiento sostenible, con miras a identificar acciones de política que puedan prevenir y reducir el riesgo y mejorar la resiliencia del sistema, incluso mediante la evaluación de su viabilidad y rentabilidad. Debería allanar el camino para un enfoque de financiación para el desarrollo sostenible informado y sensible al riesgo en el contexto del diseño y la implementación del INFF.