En África, el financiamiento innovador no solo está relacionado con la movilización de la escala de recursos requerida, sino con la realineación fundamental de los sistemas que gobiernan y canalizan las inversiones.
Se necesitan cambios fundamentales en la forma en que los gobiernos, los inversores, las empresas, la sociedad civil y otros actores colaboran y hacen negocios en todo el continente.
Alinear una respuesta de recuperación de COVID-19 con el desarrollo sostenible a largo plazo requerirá pasar de un enfoque fragmentado a un enfoque de 'toda la sociedad'. El dinero africano deberá apalancarse y combinarse con otras fuentes de financiación, incluso a través de compromisos para reducir los flujos financieros ilícitos mediante una regulación reforzada.
No hay duda de que África está preparada para el desafío. Un total de 36 países africanos, incluidos diez de los 16 países pioneros del INFF, ya han comenzado a desarrollar y aplicar los INFF. El continente ha demostrado su compromiso con las reformas políticas e institucionales que vincularán la planificación con las finanzas, fortalecerán la colaboración público-privada, promoverán una gestión financiera eficaz y alinearán los presupuestos con los ODS. Estos compromisos contribuirán en gran medida a promover y canalizar enfoques de financiación innovadores para lograr la Agenda 2063 de la UA y los ODS en África.